mario vargas llosa ganó el nobel, según los entendidos se lo merecía hacía rato, no lo pondré en duda. lo cierto es que quienes hemos seguido las letras latinoamericanas necesariamente tuvimos que pasar por varias de las obras del escritor peruano. recuerdo que la ciudad y los perros fue el primer libro que leí de él, y lo devoré.
como ente político es un ser despreciable (perdón tan fuerte apelativo), un traidor que ha cuenta y caso de quedarse con un premio en dinero hace muchos años (el rómulo gallegos) se peleó con Cuba y se convirtió en fanático anticomunista cuando antes se había declarado ferviente seguidor. ahora es un hombre de ultra derecha, racista (recordar sus comentarios contra los indígenas), y un avergonzado de su condición de mestizo, nacido en este continente.
no me alegra el premio. si solo de literatura se trata, probablemente no se lo merezca más que muchos otros latinoamericanos que se quedaron esperando, talvés más grandes. tampoco se trata de negar el mérito.
su premio en todo caso hará mucho ruido en el mundo. por desgracia ese ruido mediático responderá más a su servilismo yanqui y no tanto a sus logros en las letras de habla hispana. es parte del mainstream y los tanques pensantes (tontos útiles) que nos mandan para aplacarnos con sofismas pseudo intelectuales respecto a por qué no decir NO a la dominación.
no niego que me encantaron varias de sus novelas, tampoco niego que hace mucho que su nombre no me sonaba y ya casi nadie se acordaba de él. lo resucitaron.
es un premio agridulce.
