martes, 23 de noviembre de 2010

la visitada


dudaba si había llegado a esta última espera
de pie
o de puntas.
habíendome olvidado las alas en esa tardía cantina de mes de mayo
era lógico que se me olvidara mi proceder hasta la caída

cada vez que expié mis culpas en alguna curva mal pronunciada
o acantilado oloroso
desecho en nubes
tuve la sensación de que se me quedaban los pelos agobiados
de tanto salivar

otras veces corrí al encuentro de las puertas sus muros y sus salidas
como esa vez al costado del roce
cuando se me quemaron las canas
ennegrecidas de tanto llegar

tanta tanta humedad desperdiciada a galope
todo por no acordarme donde puse las piernas
ni las alas
y por verte despalada, erosionada de tanto llover en juventudes
y por apenas rozarte en busca del acantilado/cementerio de tantos tantos

dudaba si había llegado a la última espera
a pie o...
en todo caso, entre tantas llegadas no siempre bien recibidas, apenas
si importa como llegué
si ya me estoy despidiendo
en mi despiste habitual
debido a chocar tantas veces en las puertas con sus muros y sus salidas.

lunes, 22 de noviembre de 2010

"Él murió por nosotros, por nuestros pecados"


he estado pensando en la vida de Jesucristo. sí, en serio. me di cuenta que la base "moral" de una religión basada en este personaje es ese sentido de "autocompasión" que lo rodea. hagamos un poco de memoria analítica: alguien que camina cabizbajo y de manera dolorosa hacia su aceptada muerte, sin oposición ninguna, cuyas últimas palabras fueron una lacrimógena queja al abandono del "Todopoderoso" que es su padre; una vida repleta de sufrimientos, un calvario eterno. todos esos elementos forman la base del "pobre yo" que aun nos venden como el mayor virtuosismo, como lo "divino".


de ahí que la humanidad leída desde la familia y las instituciones estructuradas para forjar el "ser social" virtuoso, descanse en "valores" como el sacrificio, el amor sin esperar nada... carga la cruz cárgala.


no se puede superar el cómodo estado del "pobre yo" del que les hablaba. esa autocompasión nos justifica los inmobilismos, la vergüenza eterna, siempre presente, respecto a nuestros deseos. nos justifica el hecho de creernos un poco más cerca del cielo.


la autoflagelación entonces gana la forma de solidaridad, de desprendimiento, de grandeza. ese es el "temor de Dios", la sensación siempre de ser seres minúsculos cuya única posibilidad de llegar a los pies del "Señor" es el autocastigo eterno. "somos pecadores desde la cuna hasta la tumba" y solo nuestra vida de "entrega" nos salvará.


finalmente, durante todo el lapso de vida que nos toca habitar, todo cuanto transitemos debe estar acompañado de ese "dolor salvador": el amor duele, da todo por los hijos, por la pareja, por los padres, ríndete ante el poder del "Omnipotente" sigue el ejemplo de los santos que, entre llagas dolorosas y el abandono de la sonrisa, de los placeres, de lo que en humanos los convierte, alcanzaron la gloria.


no me mal interpreten, creo en la solidaridad, es solo que la miseria humana se alimenta de las cabezas gachas, los estigmas inventados y la sanación del alma. así fue la inquisición, la conquista, la pederastia, así se forja el castigo en las escuelas, el abuso de los padres, el dinero de las iglesias, templos y similares, así morimos de SIDA, abandonamos niños, nos deprimimos, nos suicidamos, nos cercenamos el clítoris, nos tapamos el rostro y vemos en la Cruz el signo de la grandeza y la vida eterna.

lunes, 1 de noviembre de 2010

nota de este inútil


pasó tiempo sin que tuviera algo que decir, todavía no es mucho lo que tengo que decir, pero ya como que me picaban las palabras y me estorbaban los silencios.


así es que volví, sigo en las mismas, sin entender esto de "bloggear" y sin ánimos de buscar "la calidad". disculparán mi obstinación antipúblico, pero esto no es periodismo, es más sincero, es lo que se descompone en mi cabeza, sin aderezos, para el que lo quiera, o solo para mí.


creo yo que este mes tendré algo que escupir. ya lo verán si aparece.


una última cosa: el 2 es día de muertos... la verdad es que, como muchas otras cosas, no sé para que sirve ese día, supongo que por eso lo menciono.

circunloquio


se me traslucen las arterias de ese cuerpo tan sanguíneo
donde suelo abandonar la añoranza
y el hasta nunca.

como corriéndome de lado
de pie
de muerte,
se me sudan la canas por los olores de mi ajena-casi allegada

se me asustan los silencios
debido a tu casi-nunca-hablado-olvido
-mierda-dijiste ante tanta cercanía de ese cuerpo sanguíneo
sus alas y su añoranza-aburrida de esperar.

como que ya no me corro.
se me ha caído el último ojo que me quedaba
(te ríes te cantas te vuelas te partes)
y yo me quedo con tu muy olvidado recuerdo-que-alguna-vez-te-vimos-llegar
como para no evaporarme a la puerta del horno
y no dejarte llegar de esa partida tan tuya
y no quedarme traslucido luego de mi vampírica circulación de días-canas y días-ajena

es como todo.
como esa despedida-prometea
por la que tantas "mierda" exclamaste
a la hora de dormir (la tuya)
a la hora de sudar con olores y ahogamientos (la mía)