martes, 16 de agosto de 2011

"mujeres", autoayuda, la panza y los malos días

amanecí cabreado. he andado dando vueltas entre las paredes blancas de mi cansina y tan repetitiva oficina, intentando simular de la mejor manera posible que trabajo. no lo logro. ni siquiera me provoca hacer el mínimo esfuerzo.

entonces me dediqué a la pérdida miserable del tiempo. no tan miserable en realidad, me crucé con "mujeres" del bastardo que parió esta cosa. un nuevo tipo de desesperación se acuñó en mi corazón... lydia es tan exasperante que hasta me puedo imaginar enfermamente enamorado de una igual a ella. sin embargo eso no anda por mi lado últimamente. en estos días todos parecen tener la necesidad de ser lo más rosas posibles-¿por qué?- todos parecen buscar entre las frases más encajonadas la razón de sus existencias y, claro, como nadie cuenta con ponerse en auto-juicio, buscan a otro para cargarlos con sus reflexiones coelhianas, aburridas, ya sabidas. nunca entendí por qué el resto busca terceros para sacudirse a sí mismos.

lo peor de todo es que me siento miserable (vale aclarar que no es por eso por lo que me levanté cabreado, eso lo explico luego). y me siento miserable por de alguna forma la dulzura humana me afecta, no porque sufra de ella, sino porque parece que todo el mundo espera una respuesta y yo nunca se darla. generalmente un "te quiero" despierta en mí una sensación de abrumadora incomodidad seguida de un hastío perverso, mi mala cara surge entre las tinieblas, doy media vuelta y me pierdo, el otro (otra mejor dicho) cree que soy un tipo triste, se conduele y me busca para el respectivo abrazo, beso, manoseo... mi aburrimiento se convierte en repulsión y, básicamente, cualquier mínima sensación de cariño por ese/esa ser deja de existir y, otra vez, a la cama solo.

pero hoy me levanté cabreado le decía, por una razón de la más estúpida creo yo, mi estómago estaba que explotaba, los mocos se salen de mis narices hacia todos lados, y mi desayunó decidió no aparecer. bukowski sigue corriéndose en alguna mujer, volviendo a lydia y yo, más aburrido que de costumbre, sabía que iba llegar a la oficina a hacer nada.

tres veces mierda, el calor en esta ciudad es insoportable y todos parecen seguir interminablemente con su necesidad de decirme lo lindo que son los días...ella me besa, me apapacha, me quiere y yo únicamente quiero un cigarro, un silencio y una pastilla para mi maldito dolor de panza.

hoy no es un buen día, lo dejo bien en claro, por si alguien viene a decirme que cuando se escribe de algo hay que darle una línea lógica de narración...como si el cabreo es lógico cuando depende de la panza, los mocos, los pedos, la falta de desayuno, los amores, el trabajo, el puto de coelho y todas las histéricas de bukowski, muchas de las cuales yo si podría amar pero no existen, solo quedan el resto.       

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